Juan Daniel, Laura y Sebastián están atrapados entre lo que quieren ser y lo que realmente son.

Juan Daniel es actor, pero su vida transcurre en pasillos de audiciones y trabajos temporales. Laura diseña las luces en el teatro, iluminando las historias de otros, mientras sueña con irse del país. Sebastián los observa a través de la cámara, documentando sus vidas, sin notar que también está grabando la suya propia.

Mientras intentan moverse hacia algún lugar, los sueños los acechan. Los que tienen despiertos, los que los empujan a seguir, y los que aparecen cuando cierran los ojos les recuerdan que siguen atrapados.
Laura sueña con un avión que nunca aterriza. Juan Daniel con una calle interminable, donde la luz desaparece a cada paso. Sebastián con una abeja atrapada en un frasco, intentando salvarla, pero condenándola sin querer.

Buscando respuestas, Juan Daniel y Laura viajan a su ciudad natal, Duitama, un pueblo donde el tiempo parece detenido. Allí, los días transcurren lentos, entre paisajes silenciosos y recuerdos que pesan. Pero incluso al volver a casa, la sensación de estar perdidos no desaparece.

Sebastián sigue filmando, tratando de capturar algo que ni él mismo comprende. A través de su cámara, empieza a notar que no hay diferencia entre su historia y la de ellos. Que el cine no solo sirve para narrar, sino para exponer las grietas propias.

No Pienses en Siempre es un relato sobre la incertidumbre y el miedo al futuro, sobre los sueños que construimos y los que nos persiguen. Sobre cómo el cine, como los sueños, nos permite vernos desde afuera, solo para descubrir que seguimos atrapados dentro.